La resurrección.


      Cada año, la mayoría de las naciones del planeta celebran el nacimiento, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesús. No obstante, muchas personas incluidas los cristianos ignoran el trasfondo que hay tras la resurrección. La cual, es el fundamento de la fe cristiana. 
     Dios padre, cuando creo al ser humano. Lo hizo a su imagen y semejanza, un espíritu con un cuerpo incorruptible que tenía un alma buena. Pero Dios nunca tuvo la intención de crear  robots. Por eso, concedió  el libre albedrío. Adán y Evan eligieron desobedecer sus indicaciones tomando del fruto del bien, del mal y de la ciencia. De esa forma el mal se introdujo en la humanidad y se instauró la muerte. Que significa estar separados de Dios, de nuestra fuente de vida.  
     En un mundo gobernado por el mal, hasta la restauración de la creación, alejarse de Dios es un peligro mortal. Pero en Génesis 3:15 Dios hizo la promesa más hermosa. La restauración de la relación entre él y los hombres a través del sacrificio de su hijo en la cruz. 
     A través de Abraham, Isaac y Jacob. Dios creó un entramado de hechos para dar a luz a una nación que no sólo fue la encargada de transmitir sus ordenanzas para una vida segura en este mundo lleno de trampas y peligros.  Sino que a través de esta nación (Israel) él se hizo Carne. Sufrió y sintió como nosotros para así poder entregar su vida a cambio de la liberación de todo el que creyera en él. Jesús era cien por ciento hombre y cien por ciento Dios. 
     Los tres días previos a su resurrección descendió en espíritu a los infiernos proclamando la victoria frente al mal y la muerte. ( 1 Pedro 3:19). 
    La cruz y la resurrección suponen un nuevo nacimiento. Una nueva comunidad de personas que gracias a su fe reciben el regalo inmerecido del perdón de los pecado que hemos heredado de la primera pareja humana. Aunque nuestros cuerpos perecerán como todo en este mundo. Nuestras almas vivirán para siempre con él. Estamos en este mundo sólo de paso, cumpliendo una misión: predicar la salvación en Cristo y la nueva vida en abundancia que vendrá cuando Dios culmine sus planes de juicio y restauración de la humanidad.
      La iglesia,  no se fundamenta en edificios y mucho menos en doctrinas de hombres.  " El santo papa de Roma" no es más que un ser humano más como cualquier otro ante los ojos de Dios. La iglesia, es una entidad nueva que nació tras la resurrección de Jesús y sólo tiene como misión predicar la buena noticia de la salvación en Cristo. Cada miembro, a través de la santificación,  debe trabajar en mejorar cada aspecto de su vida para así lograr  aportar algo bueno a los demás. La iglesia no va  a cambiar el mundo, sólo Dios restaurará las cosas. Cada creyente es un ladrillo en las manos del creador. Él decide que pasará, y nosotros nos sometemos con la fe y la alegría de que él siempre obra a nuestro favor. Pues nos ama como ningún ser humano lo hará y nadie jamás logrará entender. Pero no se trata de comprender sino de creer. 

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