El ungido de Dios.

     David el elegido y bendecido por sufrir. Decir que pasar dificultades es una gran bendición suena ilógico, pero en el reino de Dios es la norma y la clave de la sabiduría de Dios. Como dijo David - " ¿Quién conoce su propio corazón? ".

      En los libros de 1 y 2 de Samuel, Capítulos 1 y 2 de 1 de Reyes y 1 de Crónicas. Se narra la vida de este gran monarca. El segúndo rey de Israel y el más amado por el pueblo. En su vida tuvo grandes victorias, cometió un pecado muy grave,  y también sufrió gran aflicción y persecución. Todo esto fue necesario para forjar su carácter. 

    Su principal perseguidor fue el rey Saúl. Lo odió sin razón y sentido con celos ciegos,  movió cielo y tierra para destruirlo, sin embargo, Dios no lo permitió. Cuando analizamos a Saúl pensamos en su maldad y juzgamos todo como un suceso injusto. Pero lo cierto es que como dijo Gene Edwards " todos tenemos un Saúl en nuestro  interior que necesita un Saúl exterior para destruirlo".     Cuando juzgamos, criticamos, nos ofendemos y menospreciamos a todo aquel que no se ajusta a nuestra visión de las cosas reflejamos a un Saúl y en nombre de nuestra idea de justicia también comentemos injusticia. 

    Dios necesita a hombres sufridos, vasijas rotas para derramar su gracia porque de lo contrario todo lo bueno que deposite en nuestras manos lo utilizaremos para hacer el  mal a los demás. Aún cuado creamos que hacemos el bien podemos caer en el gran abismo que se llevó el alma de Saúl a la oscuridad. 

   ¿Conoce usted su corazón? Yo reconozco que no.  Conforme pasan los años y conozco más del mundo me doy cuenta que no conozco la profundidad de mi ser,  y temo que no tenga tanta luz como yo querría tener.  Pero gracias a nuestro Señor Jesús tengo la esperanza de que cuando termine mi peregrinaje en este mundo,  pueda llegar a sanar todo lo que sea posible de mi alma.         Querido lector le invito a que acuda a su amor y misericordia antes que su alma le traicione como lo hizo con muchos hombres de la historia que hoy  tenemos como grandes villanos, debido a las consecuencias de su idea de justicia.